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domingo, 13 de marzo de 2016

Autobiografía lectora

Sara Spalletta

Para contar mis personales aventuras a través de los libros y de los autores que han coloreado mi personalidad es imprescindible nombrar a De Amicis, Rodari, La Fontaine, Perrault, Andersen y ¿cómo no pasar por la ingenuidad y la inconsciencia del Pinocchio de Carlo Collodi? Cuando era niña compartí la lectura de estos libros mágicos con mi hermana gemela, así que las expresiones de su cara hacían de espejo a mis emociones y esto fue como vivirlas dos veces.
El viaje continúa hasta llegar a la adolescencia, la lectura ahora se convierte en algo más íntimo y personal; es justo aquí que conocí las aventuras de Jim Hawkins, Jonathan Livingston, Oliver Twist y del Principito, que me hicieron soñar y reflexionar al mismo tiempo.
De repente “mi ritrovai in una selva oscura” de los libros que me mandaron en bachillerato con todos los crueles exámenes del caso, así que para lograr salir del Infierno y llegar al Paraíso, me refugié en las historias grotescas, mágicas y crudas al mismo tiempo, de Italo Calvino, como Il Visconte dimezzato o Il Barone rampante; este escritor que me conquistó por su escritura no solo clara y sencilla, sino también profunda y simbólica.
Un libro que recuerdo haber leído en este periodo con placer fue The Kite Runner de Khaled Hosseini, una historia de amistad que me hizo reflexionar sobre el poder que puede tener la casualidad en la vida de cada persona.

El viaje ha llegado a una edad más adulta, cuando en la universidad me acerqué a la literatura francesa y española que, por cierto, han plasmado mi mente y mi manera de ser. A esta altura no puedo no hablar de L’éducation sentimentale y de Madame Bovary, que me hicieron enamorar del estilo de Flaubert y de la perfección con la que sabía pintar en sus páginas la esencia de la natura humana, y sobre todo de la mujer.
No puedo no citar también a Yasmina Reza, escritora, novelista y dramaturga francesa contemporánea a la que me apasioné después de ver una representación teatral de su obra Le Dieu du Carnage, conocida en español como Un dios salvaje que fue adaptada al cine por Polanski en 2011 y que, junto con las otras obras teatrales de esta autora, tiene el poder de hacerte reír y de dejarte, un instante después, solo contigo mismo a meditar sobre el infierno que existe en cada uno de nosotros y en lo difícil que son las relaciones entre los hombres.
Al acabar este viaje os confieso también que me relajo y me río muchísimo leyendo el cómic Zerocalcare de Michele Rech, un historietista italiano muy joven que en 2011 empezó a difundir su trabajo en su blog (zerocalcare.it). A través de “Armadillo”, la personificación de su consciencia, crea historias autobiográficas a veces pesimistas y amargas, que expresan muy bien el malestar vivido por su generación.


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